Biográficos

Afirmaba san Pablo VI: «El mundo contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan; o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio» (Evangelii Nuntiandi, n. 41). De aquí la fuerza del magisterio total (vida y escritos) de san Juan de la Cruz, quien no solamente enseñó con eminencia, sino que practicó hasta la perfección todo lo que enseñaba.

Alma y genio de San Juan de la Cruz

P. Efrén de la Madre de Dios

Alma y genio de san Juan de la Cruz

Es un buen artículo aunque no muy profundo. Va tratando del genio y alma del santo en cuanto poeta. Lo define como un hombre de alma transparente, que necesita vivir de ideas claras y absolutas y eso es lo que deja ver en sus escritos. Su fe lo hace volar por encima de las normas o reglas de la literatura. Lo que hizo el santo fue lo que el aconsejaba a los predicadores: «el predicador, para aprovechar al pueblo… conviénele advertir que aquel ejercicio más es espiritual que vocal; porque, aunque se ejercite con palabras de fuera, su fuerza y eficacia no la tiene sino del espíritu interior» (3S 45,2).  Esto es lo que él vivió y lo que ejercitó, y a ese principio se deben sus altas composiciones.

Muestra el autor cómo el alma de san Juan de la Cruz fue formándose en el amor a lo sencillo y a la creación, ya desde pequeño, por influencia de su madre Catalina. Y, hacia el final del artículo, hace una breve presentación y análisis, extremadamente sencillo, para que sirva sólo de ejemplo, de algunas de las composiciones menores del Místico Doctor.

Bengoechea

Ismael  Bengoechea

San Juan de la Cruz, padre y maestro de seglares

El artículo saca a la luz cómo el santo no sólo es maestro de los consagrados sino de todas las almas ansiosas de vida interior y perfección. Coloca como notas propias de los hijos espirituales del grande de Fontiveros la gran vivencia divina, la vida de intimidad y unión con Dios, el cultivo de la oración, la profundización del espíritu mariano y de consagración existencial a María, el impuso apostólico y misionero en profundidad, el más acendrado servicio de la Iglesia, la vocación y aspiración constante a la santidad.

Según el autor, Juan de la Cruz dirigió espiritualmente a su hermano Francisco, de quien hizo un alma de oración y un cristiano ejemplar (a mi parecer fue más debido al gran trabajo educativo de su madre Catalina Álvarez). Termina comentando someramente cómo Francisca Javiera del Valle es hija espiritual del santo.

San Juan de la Cruz Modelo Perfecto y eximio maestro de espiritualidad Cristiana

Andrés Molina Prieto

San Juan de la Cruz, modelo perfecto y eximio maestro de espiritualidad cristiana

El autor enumera tan sólo las grandes líneas o perspectivas del denso título de su escrito. Así, nos presenta a san Juan de la Cruz como perfecto amador de Cristo crucificado y maestro insigne, por su dotes naturales, su santidad personal, su inmenso ascendiente moral, su modo de gobierno, su magisterio oral y escrito. Termina con una antología sanjuanista breve, repitiendo la altísima consigna de san Juan Pablo II en su peregrinación a tierras españolas: «Leed continuamente las obras de los grandes maestros del espíritu. ¡Cuántos tesoros de amor y de fe tenéis al alcance de vuestra mano en vuestro bello idioma!».

San Juan de la Cruz en Segovia
Por el Prior de ese Convento
San Juan de la Cruz en Segovia 

Este modesto libro, de 1959, es una concatenación, en 45 amenas páginas, de anécdotas de la estancia del Santo en Segovia, donde se lo vio realizando una obra admirable de gobierno y apostolado. El Convento es testigo de los últimos años de la vida del Santo, donde la cruz absorbe su alma a semejanza del divino Maestro, de dónde que pusiese a veneración en la iglesia de dicho Convento la pintura devota del Cristo con la cruz a cuestas cuya voz divina oye un día, y ante la cual pide: «padecer y ser despreciado».

Una faceta espiritual de SJ
José Vicente Rodríguez
Testigo y peregrino del absoluto

El autor descubre en su texto las huellas humanas, poéticas y espirituales de san Juan de la Cruz, invitándonos a seguir el camino que recorrió el Santo por Castilla, donde nació y se formó; Toledo, donde fue encarcelado y se fugó; Andalucía, donde alcanzó la mayor de sus plenitudes. Resulta una buena guía para hacer el viaje de Fontiveros a Úbeda, de Segovia a Granada, siguiendo los pasos del más poeta de los santos y el más santo de todos los poetas.

Un serafín de la Eucaristía
Juan Domínguez Berrueta
Vida y pensamiento de san Juan de la Cruz

El libro tiene tres partes: la vida, la canción y el ideario. Interesante la presentación, donde explica que los santos eran hombres y que hay que evitar los extremos, es decir, por querer elevarlos, separarlos de la humanidad; o bien por falta de fe, hacerlos anormales. Cuenta buenas anécdotas con las que va hilvanando la vida del Santo. Es de apreciar el contexto histórico en donde hace desfilar a los grandes santos y personajes contemporáneos al doctor místico; allí concluye: «¡Qué contemporáneos! Juan de Yepes, que no hacía asiento en oficio alguno. ¿Cómo habría de valerse para ser alguien entre compañía tal? ¡Y bien que supo hacerlo! Ciertamente que no fue en tierra de ciegos».

En la segunda parte comenta el Cántico espiritual con citas de la Escritura y algunos comentarios propios. Y termina el libro uniendo textos del Santo por temas, tales como: luz de la fe, luz de la razón, del mundo visible, vida del alma, hacia la unión con Dios.